La Romántica Historia de ‘La Guitarra’: La Estancia Argentina que Resuena con Pasión
En la era digital, donde manifestaciones de cariño florecen a través de me gusta y comentarios en redes sociales, la historia de una pareja argentina nos remonta a una época donde el amor se expresaba en gestos grandiosos y duraderos. Esta es la historia de Graciela Yraizoz y Pedro Ureta, una demostración de amor que trasciende el tiempo y se manifiesta en una monumental obra de naturaleza y pasión.
A finales de la década de 1970, Graciela ideó un proyecto de una majestuosa guitarra hecha con árboles, soñando con compartir este espacio idílico con su esposo y sus hijos. Amante del arte en todas sus formas, Graciela quería combinar su pasión por la música con el calor del hogar que había construido. Sin embargo, su inesperada partida a los 25 años, en medio de su quinto embarazo, como consecuencia de un aneurisma cerebral, dejó este sueño en suspenso.
Conmovido por la pérdida y deseoso de honrar la memoria de su esposa, Pedro tomó la iniciativa de hacer realidad la visión de Graciela. Junto a sus hijos Ignacio, María Julia, Soledad y Ezequiel, trabajaron incansablemente para crear el tributo perfecto: una estancia con la forma distintiva de una guitarra que Graciela pudiera observar desde el cielo.
Ubicación y Composición de la Estancia “La Guitarra”
La transformación del terreno en la estancia “La Guitarra” fue un proceso arduo que inició con la plantación de 7000 árboles. Estos arbolitos, con una altura inicial de entre 15 a 25 centímetros, crecieron a lo largo de cinco años, complementando con su tamaño final el 35° aniversario de la partida de Graciela. Lo que comenzó como un proyecto familiar lentamente se convirtió en una obra observable únicamente desde lo alto, como si la música de la guitarra ascendiera al firmamento.
El delineado del instrumento está hecho de cipreses californianos, mientras que las ‘cuerdas’ de la guitarra son de eucaliptos con su característico tono azulado. La ornamentación de la boca de la guitarra está compuesta por pino ciprés, aportando una estrella que brilla en medio de la naturaleza. Esta joya se encuentra cerca de General Levalle, en la provincia de Córdoba, Argentina.
Visitantes que se adentran en la grandiosidad de esta obra pierden la noción de su localización exacta dentro de la estructura, abrumados por la magnitud de la estructura arbórea que, desde el suelo, escapa a la percepción de su verdadera forma. La sorpresa es evidente en todos aquellos que la contemplan por vez primera, como describen desde la familia en su blog oficial (estancialaguitarra.blogspot.com).
La Inmortal Historia de Amor de Graciela y Pedro
La relación entre Graciela y Pedro comenzó en los años sesenta, enfrentándose al escepticismo de un sacerdote que dudaba del compromiso de dos jóvenes enamorados. A pesar de las dudas, su amor floreció y llevaron adelante una relación llena de proyectos y sueños compartidos. La inspiración para la estancia surgió durante un vuelo donde Graciela vio unas tierras que le recordaron la forma de un balde, y su amor por la música guió la elección de la guitarra como símbolo perpetuo de su pasión mutua.
@rodra.rodra La Estancia La Guitarra en Argentina #argentina ♬ sonido original – Rodra
Pese a las adversidades, como las condiciones semiáridas del lugar elegido, y la constante lucha contra las fuerzas de la naturaleza que les obligaron a replantar más de una vez, la determinación de Pedro estaba sellada. La estancia en forma de guitarra no solo se convertiría en un testimonio de amor eterno, sino también en un reclamo de que el amor verdadero puede enfrentar incluso lo inimaginable.
Pedro Ureta mantuvo la promesa hasta su último aliento. Falleciendo en 2019, cumplió su deseo de reunirse una vez más con su amada Graciela, dejando atrás un legado y un paisaje transformado por amor que desafía la fugacidad de las expresiones digitales de afecto, para ofrecer en cambio, una melodía de amor perpetuo.
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