El sorprendente paraíso playero preferido por los argentinos para residir y emigrar tras su jubilación
Santa Teresa es un pueblo costero ubicado en la costa del Océano Pacífico en Costa Rica, al que muchos argentinos emigran cada año para instalarse o vivir durante la temporada alta.
Ya sea por razones económicas, en busca de un futuro mejor o simplemente por las ganas de viajar, varias personas deciden dejar el país para trabajar, estudiar o pasar una temporada. Uno de los destinos más populares es esta localidad costera costarricense, que cuenta con una sola calle principal pero un paisaje increíble.
¿Por qué emigrar a Santa Teresa tras jubilación?
El principal atractivo económico de Santa Teresa es el turismo gastronómico y su reconocimiento a nivel mundial. Además, el país no exige visa de trabajo ni de residencia.
Según el sitio Datosmacro, para el 2020 había casi 2000 argentinos viviendo en Costa Rica, con Santa Teresa como uno de los destinos principales.
Emigrar a Santa Teresa: el increíble destino costero con una calle principal y sin veredas
Uno de los principales atractivos de Costa Rica es la gran cantidad de parques nacionales. Este país caribeño es una gran selva con una inmensa fauna, montañas, espacios verdes y flora autóctona. En este contexto, Santa Teresa destaca como una reserva natural con atractivos turísticos.
Una de sus principales atracciones es el reconocido Parque Montezuma y el recorrido por la Isla Tortuga. Miles de turistas viajan para descubrir sus hermosas cascadas con saltos de hasta 20 metros y enormes piscinas de agua.
En este contexto, surge una oportunidad especial de trabajo. Para llegar a las islas o a estos destinos, es necesario moverse en lancha o en combi. Las excursiones cuestan entre $50 y $70 por persona y generan empleo para miles de personas.
La Isla Tortuga es reconocida por ofrecer un servicio de calidad premium. Sin embargo, para llegar a ella, es necesario realizar un viaje en barco durante una excursión donde se pueden observar ballenas durante 5 meses. Además, esta isla se hizo muy conocida gracias a la película Piratas del Caribe, ya que era el lugar al que acudían los piratas.
Una variada gastronomía y numerosos locales nocturnos
En Santa Teresa, también hay oportunidades de trabajo en fiestas, bares y restaurantes. Miles de argentinos trabajan como camareros, recepcionistas o en establecimientos de entretenimiento durante la temporada.
La oferta gastronómica es amplia y va desde sushi hasta pizzerías. Debido a la influencia argentina, también hay lugares típicamente argentinos donde se puede disfrutar de asado, carne y empanadas.
Algunos migrantes eligen trabajar en el sector hotelero, ya sea como empleados de hostales o recepcionistas. Además, hay jóvenes que ofrecen clases de baile en los mismos complejos a cambio de comida y alojamiento.
Otra opción es el trabajo ambulante o el emprendimiento. Una de las principales actividades en este destino turístico es el surf, ya que sus playas cuentan con grandes olas. Muchos argentinos han abierto sus propios locales o trabajan en negocios donde se alquilan tablas de surf. Una alternativa diferente es ofrecer clases a los turistas.
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¿Cómo es la vida en Costa Rica para los migrantes?
En primer lugar, las temperaturas son muy altas y hay vida diurna y nocturna todos los días. Las excursiones a lugares como Montezuma, la Isla Tortuga o la Bioluminiscencia en la Playa de los Muertos, donde se pueden observar pequeños organismos lumínicos en el mar durante la noche, atraen a miles de personas.
Las fiestas en la playa y el alto costo de vida son características de esta región. Por ejemplo, una compra de supermercado individual ronda los u$s 5. Los almuerzos en los lugares más económicos tienen un costo aproximado de u$s 10, y las noches en los hostales rondan los u$s 30.
La oferta de vivienda es amplia y permite vivir cerca del lugar de trabajo. Es posible alquilar habitaciones compartidas en una casa o, en el caso de opciones más costosas, tener un departamento privado, aunque no son muy comunes en esta localidad.
Sol D’elía, una joven de 23 años oriunda de Argentina, relata que ha vivido tanto en dicho país como en Australia, donde reside actualmente. Se considera a sí misma como una ciudadana global y describe a Santa Teresa como “su destino preferido en el globo terráqueo“.
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