Así es el increíble castillo en Mendoza que parece detenido en el tiempo

Chateau d´Ancón, ubicado en el departamento de Tupungato, es una propiedad emblemática en Mendoza, perteneciente a la familia Bombal.

En el mes de mayo abrirá sus puertas ofreciendo una experiencia única de hospedaje y gastronomía que fusiona historia, cultura, hospitalidad, vinos y cocina de autor.

Situado en el Valle de Uco, reconocida zona vitivinícola, este lugar singular y elegante de alojamiento se encuentra inmerso en una histórica estancia de más de 2.300 hectáreas.

¿Cómo es la vivencia de alojarse en un castillo?

Chateau d’Ancón, un castillo de estilo ecléctico con influencias neo-coloniales californianas y francesas, invita a explorar su historia, sus misterios y su colección de obras de arte en el corazón de una estancia que alberga bosques de nogales, viñedos, castaños, cerezos, caballos y una cabaña de ganado Aberdeen Angus.

Además, ofrece la oportunidad de participar en una variedad de actividades como:

Cabalgatas.
Excursiones en 4×4 por los viñedos.
Paseos por los bosques de nogales.
Degustaciones de vinos en la bodega.
Paseo en carreta por la estancia.
Experiencias culinarias selectas.

Gastronomía y enoturismo en el Valle de Uco

En Chateau d’Ancón se entrelazan la historia, el arte, la tradición, la hospitalidad contemporánea, la cocina de autor y los productos locales, creando un equilibrio que lo convierte en un lugar memorable.

La propuesta turística se destaca por su alojamiento y una cocina de campo contemporánea, sobria y creativa, que pone énfasis en los productos locales, bajo la dirección del chef Hernán Simesen.

Vale la pena mencionar que Mendoza se consolida como un destino gastronómico de relevancia a nivel internacional, desde la llegada de la Guía Michelin.

En Ancón, los alimentos son cultivados en armonía con la naturaleza y la historia del terroir de la mano del horticultor Andrés Ramondi.

Por ende, la calidad de su cocina de entorno se enfoca en estos cultivos ecológicos que se desarrollan acompañando los ciclos naturales y estacionales de la región.

Los lácteos de producción propia -como el dulce de leche y el yogur que sirven en el desayuno-, las frutas de la estancia y las flores y hierbas aromáticas de la huerta son destacados en una gastronomía que realza la calidad, la frescura y la temporalidad de la materia prima.